martes, 20 de noviembre de 2012

Padre e hijo, un mismo sentimiento

Por Lautaro Leone.

   Muchas veces se dice que para jugar al rugby, no importa la edad. La historia de padre e hijo que forman parte del plantel de Berisso RC, constituyen una claro ejemplo de esto. Oscar Ernesto Riquelme, de 45 años, y David Oscar Riquelme, de 22 practican juntos casi desde la conformación misma del club. Y lo más curioso del caso, es que el más joven es quien cuenta con mayor experiencia en la práctica del deporte.
   “Jugar con mi viejo es un orgullo enorme. Yo veía a compañeros que lo hacían con sus hermanos y esto que me toca a mí no lo puedo creer. Poder jugar con él es impresionante”, declara el más joven de los Riquelme.
   Con apenas 22 años de edad, David decidió sumarse al equipo de su ciudad, llevado por un fuerte sentido de pertenencia. Pese a haber jugado en otros clubes (Albatros y Los Tilos), tomó la decisión de comenzar a entrenarse junto a su padre y en su lugar de origen, Berisso.
   La historia de Oscar fue diferente. Sin haber practicado el deporte con anterioridad, resolvió sumarse al club impulsado por la curiosidad que le generaba una disciplina poco conocida para él y por el deseo y persistencia de su hijo:
   “Él llegó a Berisso RC antes que yo y me insistió para que arrancara. Es un deporte que siempre me gustó y la insistencia de David me terminó de convencer, a pesar de que nunca había jugado de manera constante”.
   Padre e hijo dentro de una cancha de rugby. Padre e hijo que tienen sueños y objetivos, a corto y largo plazo. “La meta es seguir creciendo, aprendiendo y afianzándonos. Poder conformar un buen grupo de amigos y aprender a jugar rugby para divertirnos, es lo más importante para nosotros”, concluye Oscar.
   El sentido de pertenencia hacia la institución, fue uno de los valores que rápidamente asumieron los Riquelme desde que se sumaron al club. Asimismo, el fomento de solidaridad y cooperación que caracteriza a Berisso Rugby, cumplieron un rol importante en la conformación de un plantel heterogéneo, con historias diversas y sin distinción de clase social. Un argumento más, para empezar a pensar en la emergencia de lo popular en la práctica del rugby.

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