martes, 20 de noviembre de 2012

Si esto no es popular… ¿Lo popular donde está?

Por Ignacio Champane.

   ¿Que el rugby es para la élite? ¿Que unos pocos lo pueden practicar? Berisso Rugby Club apareció para romper con todos los mitos del deporte, tal vez sin proponérselo. El deporte amateur por excelencia hoy encuentra un club donde confluyen todos los aromas de una ciudad poblada de inmigrantes, trabajadores, y jugadores que debían viajar diez o quince kilómetros para jugar al rugby. Hoy, lo tienen a pocas cuadras, en pleno centro.
Ezequiel Villarreal, jugador de Berisso RC
   Y si bien no tiene un edificio determinado, este club ya cuenta con historias que lo hacen particular. Una dupla de forwards formadas por padre e hijo, fundadores jugando con aquellos que recién empieza, y a Ezequiel Villarreal.
   Este muchacho nació hace treinta y cuatro años en la ciudad de Berisso, y ha tenido que sortear bastantes obstáculos en su vida. Una de ellas, fue pasar más de dos años detenido en la Unidad N° 9. Pero de esa experiencia, rescató lo más positivo: el rugby.
   Son inimaginables las fuerzas que se deben tener para sobrellevar una condena allí dentro. Pero para Ezequiel todo cambió cuando en 2009 le llegó una propuesta diferente: formar un equipo de rugby dentro del penal. Y la idea se hizo realidad. El equipo se llamó Fénix, con todo lo que ese nombre conlleva.
   Quién ahora viste la camiseta del Berisso Rugby Club, nunca había visto una ovalada, y poco a poco aprendió los conceptos básicos gracias a algunos compañeros que tenían la experiencia de haber jugado en San Cirano, San Luis, Matrero, y diversos clubes. No sólo la realización de tackles y cuestiones técnicas, según el propio jugador, aprendió los valores del deporte como el compañerismo, la amistad y el respeto hacia el otro.
    Ya fuera de los muros de 10 y 75, Ezequiel tuvo la fortuna de encontrarse pintando en la casa de uno de los profesores de B.R.C., Sergio Flores, quien le preguntó si estaba interesado en integrar un plantel de rugby. Allí comenzó la aventura de un hombre que tuvo que afrontar la experiencia de vivir en un penal, y ahora realizaría entrenamientos verdaderos con la camiseta de su ciudad.
   Historias como éstas no se dan en un deporte caracterizado por conservar valores elitistas. Ezequiel ya ha debutado en la URBA de manera oficial, y sus compañeros lo tratan como a uno más, como debe ser. Y ya ha asumido que lo primordial es crecer como equipo, así como contribuir al club de la ciudad que lo vio nacer. Berisso Rugby Club se consolida como una institución que combina los valores de un deporte con la experiencia barrial.

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